Material Tema IV. América
Latina
España impuso en América Latina una cultura del burocratismo y tributaria. Las arcas de la metrópolis eran llenadas
con
los impuestos, las recaudaciones y los diezmos que se imponían en América. El mercado debía ser restringido para los territorios que
estaban bajo el tutelaje de la metrópolis. Sin embargo esto no se pudo
llevar a cabo totalmente.
La economía del contrabando y la desobediencia impusieron
una
dinámica comercial que no le convenía al Imperio Español. La América española comerciaba con los holandeses las telas y utilerías. Desde Francia empezaron a ser introducidas las ideas de la Ilustración.
La economía venezolana era pretecnológica, la mano de obra del
campo era la esclava. La esclavitud impidió al país encontrar ritmos de desarrollo más avanzados como el modo de producción capitalista.
La economía estaba asentada básicamente en la exportación del café, del cacao,
el añil y
el
tabaco.
Las relaciones sociales de producción en América Latina eran desiguales, en
general
la mano de
obra estaba sometida
a
la
esclavitud con la excepción de los negros cimarrones. Los ritmos
económicos eran controlados por lo que los positivistas llamaron los
blancos de
orilla; quienes
eran
comerciantes
y
se dedicaban
a
acaudalar
bienes
de fortuna.
Es así que es
evidente en
el caso
venezolano que un hombre como Francisco de Miranda, producto de su origen social, no estaba inserto en el sector de lo que se ha dado en denominar –por el
positivismo- el mantuanaje (mantuanos).
Miranda fue un
venezolano
universal
que
participó
en la
Revolución Francesa, que recorrió toda Europa y que soñó con liberar al país. Sus intentos
debido a su garibaldismo, no tuvieron el éxito esperado a pesar de que este
hombre era un ducho General. Las
expediciones organizadas por Miranda, una de las cuales desembarcó
en
la Vela de Coro no contó con el apoyo popular. La conciencia social e independentista aún no había logrado su maduración.
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