Material del tema V. La idea de soberanía
El problema fundamental residía en que en el campo venezolano imperaba el caudillismo. Una vez lograda la independencia Venezuela
se
sumergió en un mar de sangre en donde los caudillos, cada uno a
su
manera, buscaba ejercer el control del país.
El caudillismo despertó los odios seculares, hizo imposible que la idea de la Gran Colombia se mantuviera como tal, es así que producto de la voluntad política de la Cosiata se produce la escisión.
Los pueblos son
seducidos
por el
odio y el
crimen político,
conducido desde la voluntad de las élites que en los países libertados
por
Bolívar pretendían controlar el poder. Aún en vida del Libertador la Gran Colombia se debatía entre santandernistas y bolivarianos.
Bolívar sufrió varios atentados a consecuencia
de esto. El final de
Bolívar sería el
del
héroe trágico.
Los días de Bolívar terminan en el exilio, había estallado el odio y la intriga y el Libertador había perdido el control del poder. Cuando
poco a poco sus pasos se van encaminando hacia Santa Marta se
comienzan a ver en sus escritos las
costuras de la desilusión. La
muerte de Antonio José de Sucre lo deja boquiabierto. Las conspiraciones en Ecuador dirigidas por José María Obando hacían presagiar que era imposible en aquel maremágnum de sentimientos encontrados, construir la idea de una América única y unida en los
sentimientos
de equidad
y solidaridad.
En Venezuela, una vez concluida la independencia, las
estructuras sociales continuan manteniendose. Sólo fue hacia 1854 bajo el gobierno de José Gregorio
Monagas que se logra liberar a los esclavos. El mundo
político del país seguía atado a una concepción
antimoderna del desarrollo y de la política, las luchas de los caudillos regionales condujeron al nepotismo de los Monagas. El
mantenimiento de los gobiernos implicaba la sangre y el sacrificio del
pueblo.
La vía hacia la construcción de un sistema democrático y de equidad
no era
plausible en
la
Venezuela
de esa época. Bajo el
gobierno de José Tadeo Monagas se comete el asesinato del Congreso;
este recinto es asaltado según la historiografía clásica por bandas armadas mandadas por Monagas y mueren allí, entre otros, Santos Michelena. Las garantías civiles habían hecho aguas por todas partes. El
país
era presa de
los
caudillos y de
la libertad despótica
del
latifundio y
de los dueños de
vastas
extensiones
de
tierras.
La situación social del hombre común en Venezuela era de una
absoluto vasallaje. Las formas económicas de producción obligaban al trabajador del campo a comprar en la pulpería de los dueños de la tierra, las deudas eran impagables. El campesinado venezolano moría de malaria, de tifus, de disentería y su vida cultural se mantenía en la oscuridad.
Los ideales de Simón Rodríguez de incrementar una escuela para lo social habían sido dejados atrás. Disputas de carácter personal en
Bolivia hicieron posible que Sucre le volviera la espalda al maestro del Libertador. América parecía
no estar preparada para la Luces. La
educación artesanal que había sido propuesta por Rodríguez no había sido desarrollada. A este
gran
maestro
se le acusó de
loco, de
extravagante y de poseer un proyecto educativo que nada tenía que ver con estos países.
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